San Lorenzo termina el año con un déficit de $ 700 millones mensuales, afuera de los torneos internacionales y obligado a vender juveniles
El 2024 de San Lorenzo deja alarmas de todos los colores: terminó 24 entre 28 equipos en la Liga Profesional; no obtuvo el pasaje a alguna competencia internacional para la próxima temporada, eyectó de sus funciones a tres de sus últimos ídolos como Néstor Ortigoza, Leandro Romagnoli y Rubén Darío Insúa, tuvo tres reestructuraciones en el Consejo de Fútbol y acaba de poner en funciones al cuarto, aumentó su pasivo en un 27%, y, en un hecho sin precedentes, la Comisión Fiscalizadora -el órgano de control de gestión- rechazó los números del último ejercicio contable. La última imagen del equipo es todo un símbolo: el vasco Iker Muniain, un capitán importado, asistió junto a todos sus compañeros al reclamo furioso de los hinchas que acudieron al Nuevo Gasómetro para ver la derrota con Tigre por 1-0. El Ciclón no sopla.